El “por qué” de las transmisiones CVT de Honda.

Los medios digitales automotrices lanzamos críticas acerca del rendimiento y desempeño de los vehículos, y en ocasiones las sensaciones de manejo no son las que esperábamos o son distintas a lo que estábamos acostumbrados, tal es el caso de las transmisiones CVT, en caso particular, las de Honda, ya que las sensaciones de manejo son muy distintas a las de una transmisión convencional de convertidor de par, ya que las CVT no tienen cambios y sólo tienen dos engranes enlazados con una banda, entre otros componentes, que cambia la relación dependiendo la velocidad del vehículo o el nivel de aceleración del pedal.

El desarrollo de este tipo de transmisiones es debido a que las marcas están buscando continuamente la máxima eficiencia en el consumo de combustible para cumplir con las normas internacionales al respecto y porque el costo de los combustibles ha ido en aumento. Y siendo la eficiencia de combustible una de las principales directrices de Honda para el desarrollo de sus modelos, es que se decidió utilizar de manera amplia las transmisiones CVT (Transmisiones Continuamente Variables) en las más recientes generaciones de sus vehículos más ligeros como Civic, CR-V, Fit, City, HR-V y las versiones menos potentes del mediano Accord.

Muchas marcas y fabricantes independientes han introducido este tipo de transmisiones buscando dar a sus clientes no solo economía sino confort al conducir, ya que no hay los “jalones” en la marcha que se dan cuando se cambia de velocidad en una transmisión manual o automática tradicional. Como todo producto nuevo, en un principio no eran tan confiables ni tan eficientes, pero con el tiempo y la llegada de controles electrónicos, se convirtieron en transmisiones más eficientes, con mejor respuesta a la aceleración y buena economía de combustible.

Honda presentó por primera vez una transmisión CVT para el Civic de Japón en los años ‘70, pero fue hasta 1996 que comenzó a popularizarse al ofrecerse como opción en el Civic HX para Estados Unidos. En el año 2000, con la llegada del Insight, primer auto híbrido de Honda, la CVT fue opcional y lograba mejores consumos que con la transmisión manual. Más adelante, las versiones híbridas del Civic, el CR-Z y la segunda generación del Insight ofrecían la CVT de línea, precisamente por su eficiencia.

Para lograr esto se ha desarrollado el mecanismo de control de ambas poleas con un procesador electrónico con complejos algoritmos que evalúa las variables para ajustar la relación de la transmisión, ofreciendo la mejor respuesta y máxima economía. Esto es ayudado por el sistema EcoAssist® de Honda, que reprograma la inyección de combustible del motor y optimiza el combustible en tránsito citadino.

Es por la amplia aplicación que tienen este tipo de transmisiones, que Honda decidió poner en México una de las plantas de producción de CVTs para Norteamérica en Celaya, Guanajuato, con una capacidad de hasta 300 mil transmisiones anuales y que, recientemente, celebró la producción de su transmisión 1 millón.

Actualmente, se producen dos tipos de CVT, una que se utiliza en los modelos Fit, HR-V, City, BR-V y Civic con motor aspirado 2.0; y otra que se acopla en motorizaciones de mayor potencia y vehículos con un peso superior, como los cuatro cilindros 2.4 litros y el 1.5 turbo que se ofrecen en Civic, CR-V y Accord.

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